Algunos NO de un buen padre… Y varios consejos…
Un buen padre:
- NO se aleja de la crianza del hijo dejándole ese trabajo únicamente a la madre.
- NO interviene excesivamente, desplazando o descalificando a la madre por sus métodos de crianza.
- NO se siente menospreciado, ni permite que se le menosprecie en su rol masculino o paterno
- NO utiliza la agresión, la humillación o la intimidación para imponer la disciplina y controlar el comportamiento de los hijos.
- NO busca ser perfecto y mantenerse como una figura divina, impenetrable o invencible, sino que a pesar de ser fuerte y admirable, es también accesible y humano.
- NO es el “muchacho amigo”, que todo lo autoriza y lo consiente.
- NO es ambivalente. Es decir, que es capaz de mantener una misma línea de pensamiento o de acción, aun cuando ésta pueda ser corregida o revisada para ver si es efectiva o si debe ser cambiada.
- NO suscribe el cómodo adagio de: “Hagan lo que yo digo y no lo que yo hago”, sino que es consecuente en sus acciones y su comportamiento.
- NO desvaloriza o persigue a los hijos con comentarios irónicos por sus errores, sino que señala las equivocaciones como situaciones propicias para lograr un aprendizaje.
- NO compite con la madre por el afecto de sus hijos, sino que demarca democráticamente su propio territorio y respeta el área de influencia materna.
- NO desea quedarse para siempre con los hijos, sino que los prepara adecuadamente para su desempeño individual en el mundo de adultos.
… Y varios consejos a las mujeres:
- Es bueno de vez en cuando hacerse a un lado para propiciar el acercamiento entre el padre y los hijos. No desestimen esta interacción tan necesaria para el crecimiento sano de la familia.
- No actúen como árbitros o jueces en las confrontaciones que puedan ocurrir entre ellos, a menos que se llegue a un violento episodio de agresión física o se observe una manifiesta incapacidad del padre para manejar las diferencias de opinión y los conflictos
- Permitan que los hijos conozcan a fondo a su padre. No resalten magnifiquen sus defectos ante ellos, pero tampoco los encubran. Más bien ayúdenle a tomar conciencia de su importante papel como modelador de conductas y, si es posible, colaboren con él para que mejore sus formas de crianza o de actuación personal.
- No se excluyan de la crianza de los varones para dejarle el rol de constructor de la imagen masculina únicamente al padre. Recuerden que esa representación se construye y se complementa mejor a través de los ojos maternos.
- En el caso de la mujer divorciada o separada por cualquier razón: Evite inventar “leyendas negras” sobre el padre para derrotarlo como imagen; pero tampoco obligue a sus hijos a idealizar la figura paterna ausente o a forzar encuentros, cuando los niños no quieren estar con él. Limítese a señalarle al padre lo perjudicial de su ausencia y que sea él quien se encargue de crear las condiciones para el acercamiento. Así, ellos tendrán la ocasión de evaluar en su justa medida, la verdadera personalidad del padre y sacar sus conclusiones.
- De importancia para las que aun no se han casado: Antes de decidirse a formar una pareja estable y procrear, piensen no sólo en seleccionar un buen marido, sino también un potencial buen padre para sus hijos. Una buena escogencia en ese sentido, les ahorrará muchos dolores de cabeza en el futuro.
¡Que haya éxito y alegría en el desempeño de la noble labor parental!
Nadie nos enseñó a ser padres, reseña Nuevo Herald.
http://www.elnuevoherald.com/vivir-mejor/en-familia/article55598495.html