
¿Hasta el gorro de tanta frustración? Ponte «en inventario».
Sí, tal como hacen de vez en cuando las tiendas, cierras tus puertas y pones un cartel que diga: Cerrado(a) por inventario.
¿Qué es en este caso, un inventario? Pues simplemente una revisión de los haberes y deberes que tiene el negocio de tu vida emocional.
Luego de sufrir los embates a que te ha sometido la búsqueda incesante de satisfacciones, tanto en el campo amoroso como en cualquier otro ámbito en que te muevas, lo inteligente es calmar momentáneamente tus deseos de «felicidad», clausurar por un tiempo el despacho a los clientes, al menos hasta conocer el balance general de la empresa y reabrir, ya sea con un nuevo plan de ventas o un cambio de ramo.
¿Cómo se hace esto?
No es fácil si eres del tipo nervioso o impaciente. El inventario que te propongo requiere de una decisión firme, así como de una capacidad muy adulta para postergar las recompensas.
Nada haces con anunciar un inventario, si después abres por una rendija para despachar un sacapuntas o entregar otra remesa de caramelos.
La idea general es mantener el contacto cotidiano con la gente, eso sí, con el propósito de no involucrarte en nuevas amistades, alianzas o enamoramientos. Abstenerte de prometer afectos y facilitar el acceso a unas cualidades propias que no hayan pasado por el proceso de valoración, etiquetado y exhibición e inclusión en el catálogo.
¡Nada de gangas, ofertas por liquidación ni absurdas ideas de abandonar el campo y dedicarte a la vida contemplativa!
Piensa en tu mundo emocional como en un surtido almacén que necesita hacer ganancias y tasa cada artefacto, cada pequeño objeto que poseas, determina lo que te ha costado adquirirlo y ponle un precio que deba ser pagado por quien se te acerque con intenciones de transacción «comercial».
A todo el mundo le encanta una rebaja o llevarse gratuitamente las cosas de las tiendas.
¡Tú no vas a permitir más ese asalto!
Quien tenga aspiraciones de tu amistad, tus amores o tu cuidado, que pague lo justo.
Operaciones Ganar-Ganar en las relaciones humanas o no hay negocio. ¡Punto y aparte!
¿Qué suena frío y muy poco romántico?
Cierto, lo acepto; pero de que es lo más saludable que puedo recomendarte. Eso sin duda. Prueba a ver cómo te va y me cuentas.
Nos reiremos juntos y con gusto por el nuevo aprendizaje.